martes, 27 de mayo de 2008

Ritmo feriante en La Almozara


Como cada año las fiestas del barrio de La Almozara de Zaragoza dan su toque de llegada. Los peñistas invaden las calles de la zona, jóvenes, niños y ancianos pasean alegremente aprovechando el buen tiempo. Sirenas, megáfonos y comparsas de gigantes y cabezudos serán los protagonistas de esta última semana de mayo.





Las ferias ambulantes también ocupan un lugar especial en estos días. Niños y no tan niños amenizan sus tardes en atracciones tan tradicionales como “El tren de la bruja” o los “Autos de choque”. Los puestos de algodón de azúcar endulzan los paladares de aquellos que desean volver a su infancia. Los tenderetes de patatas fritas calman los estómagos de otros y, mientras el “hombre” de la tómbola persuade a los adolescentes a probar suerte para conseguir un peluche, la consola tan anhelada o simplemente un mechero con forma de algo curioso.

Y llega la noche y con ella la fiesta y el jolgorio. Una carpa en el parque de la Aljafería alberga una disco-móvil, unos bailan al sonar la música otros se amarran a la barra a saciar su sed (o sus penas).

Todo es alegría en estas fiestas, de este barrio, que cada día se hacen más viejas y a las que cada día les queda menos tiempo de vida. Cada vez este tipo de fiestas de los barrios tienen menos acogida, la población cambia, envejece, pierde sus costumbres pero mientras continúen seamos partícipes de estos actos que siempre serán recordados con una sonrisa.

martes, 20 de mayo de 2008

Nunca llueve a gusto de todos

El refrán "En abril aguas mil" está siendo atacado por el cambio climático. Tras varios meses de sequía las nubes y los chubascos inundan gran parte del país.

En la capital aragonesa llueve día sí y día no. Las nubes tormentosas ya forman parte del paisaje y el paraguas es un aliado que siempre se lleva a mano "por si las moscas". En el campo estarán contentos pero por la parte que les toca a los trabajadores no tanto.

Las lluvias han obligado a paralizar gran parte de las obras de Zaragoza, en especial todas aquellas que en menos de un mes han de estar finalizadas. Un agobio permanente va de la mano de aquellos que sin prisa pero sin pausa han de tener todo listo en el plazo dictaminado.

Las obras del futuro apeadero de "El Portillo" están sufriendo un notable retraso debido a las inclemencias del tiempo que obligan a trabajar hasta altas horas de la madrugada ya que, durante el día, el agua es la protagonista.



miércoles, 7 de mayo de 2008

Días rojos para todos

La noche llega a la ciudad de Madrid y con ella la fiesta. Son las 10 de la noche y cientos de jóvenes salen a la calle en busca de marcha y mucha fiesta. Es sábado por la noche y a pesar de las bajas temperaturas que trae consigo este mes de noviembre, decenas de jóvenes hacen fila alrededor de un “garito” llamado Start Back. Entrada y consumición 10 euros para las chicas y 12 si eres chico.

Una alfombra roja indica el camino hasta una pequeña sala. Allí las paredes son sustituidas por pantallas de ordenador que proyectan los video clips más vistos del momento. Varios sofás hacen las veces de cama para algunos, los menos, que se acurrucan entre cojines. Poco a poco la sala se llena. Los más “inteligentes” dejan sus abrigos donde pueden, a seguro, y se agolpan en la barra en busca de esa cerveza o refresco que les salvará del agobio de las próximas dos horas. Las luces se apagan, el escenario se ilumina, alguien silba… Todo está preparado, el concierto va a empezar.

Un bajo da el tono de inicio. Al segundo, dos guitarras y una batería le acompañan. Los focos se encienden, con todos ustedes: El Mentón de Fogarty. Son cuatro y vienen desde Bilbao presentando su nuevo disco titulado “Días Rojos”. Una mezcla de pop y rock que, sin duda, va de la mano del éxito. Las chicas revolucionadas gritan a coro el nombre de Gorka, el cantante del grupo. Los chicos, que son minoría, las observan envidiosos. Todo el grupo al completo sobre el escenario comienza interpretando su éxito “Anestésicos preferidos”. El público femenino, entre saltos y empujones, se agolpa hacia el escenario para poder tocar un trozo del pantalón de alguno de los protagonistas de la noche.

Ya han pasado más de cuatro años desde que estos cuatro jóvenes vascos empezaron a hacer sus “pinitos” en el mundo de la música y ahora cientos de jóvenes de toda España cantan la letra de sus canciones. Ya han visitado ciudades como Bilbao, Pamplona, Murcia… y ahora, le toca el turno a Madrid.

Tras sonar el último acorde de una de sus baladas titulada “Cuando el río suena”, los aplausos rompen la calma. Gorka, el cantante, interpretando el papel de presentador nombra a cada uno de sus compañeros: Gabi y Carlos (guitarras y coros), Urko (bajo) e Ibai (batería). El público levanta las manos mientras hace la “ola”. Todo el mundo está a pie de escenario. Cuatro gatos dan conversación a los camareros en la barra mientras esperan a que acabe el concierto. Un grupo de fans logra subir a escena entre aplausos del público y cantan a coro junto a los músicos el tema “Un leré”. Después de la interpretación las jóvenes saludan a los componentes del grupo y vuelven a su sitio. “No sabía que fuésemos tan conocidos” fueron las palabras con las que, entre risas, se justificó el cantante. Pasados unos 5 minutos y después de calmar, a base de jarras de cerveza, la sed prosigue el concierto.

Después de dos intensas horas de espectáculo y de haber interpretado todos los temas de su disco, El Mentón de Fogarty anuncia su retirada. Como era de esperar esto no entusiasma al público que entre gritos pide otra y otra canción. Es entonces cuando Gabi y Carlos se colocan de nuevo sus guitarras y comienzan a improvisar canciones tan conocidas por todos como “Noches de Bohemia” o “Paquito el Chocolatero”. La gente animada les sigue y de nuevo se monta la fiesta. Pero como todo tiene su fin, con un “hasta luego, volveremos” se despiden, agarran sus instrumentos y se marchan por la puerta trasera del escenario.

La gente espera durante unos minutos con la esperanza de que regresen, hasta que finalmente se dan por vencidos y vuelven a ocupar las banquetas de la barra y los sofás aunque más animados que antes. Los baños que antes estaban vacíos ahora están a rebosar. En el escenario toma posición un Dj´s amenizando la noche de los trasnochadores que buscan una salida al estrés de la semana. Los no tan mayores abandonan el bar buscando, con suerte, un taxi o alguna línea de bus que pueda acercarlos a sus casas. Lo que antes era un concierto ahora es una sala de fiestas no muy diferente a la del bar de enfrente.

Ya fuera, se distingue de entre la penumbra cuatro sombras cargadas con bolsas que salen de una de las puertas laterales del local. Un coche enciende el motor, se escuchan portazos de puertas y carcajadas. El Mentón de Fogarty parte hacia sus orígenes, hacia sus tierras vascas. No sin antes dejar un grato recuerdo en la memoria de muchos madrileños.